Jazz
A Alejandro Drewes
Thelonoius Monk
me abrió
las puertas
a Miles.
Su virtuosismo
me indujo
un trance
hipnótico.
El tercer ojo
de sus dedos
embriagó
mis apáticas
venas.
Ya no huelo
a islas,
sólo
sepultados
barcos
de esclavos
observo
a la luz del día.