IMAGINACIONES
Pesada la mochila y el alma en la maleta, amasijo
las muestras de
razones, rutilantes entre el ir y venir de aquel punto
de apoyo
que me saqué en apuestas, jugué en la caseta del circo
esa tarde
preñada de saltos, gritos y un montón de vacilaciones.
¿Recuerdas?
Igual que toques de tamborileros llovieron las
promesas, las risas
de payasos teñían de azul y rojo los contornos. Te
quedaste en las
hojas, en todas las aceras, tu rostro zigzagueaba
hasta en las escaleras.
"No es cierto lo que dice", dijiste cuando la pitonisa
habló de amores
sin sentido. "No es cierto lo que dice" -repetías.
Sigo esperando el
circo para de nuevo entrar en la caseta, en que un día
cualquiera
gané un punto de apoyo y te entré en mi mochila, y en
mi maleta.